viernes, febrero 7

Sunrise, Partho Sen-Gupta






Sunrise (2014)
Partho Sen-Gupta
Netflix

Generalmente se sabe y se mira muy poco del cine hecho en la India, en realidad se sabe muy poco de lo que sucede en ese lejano país, mas allá de que algunos le tienen mucha fe a la medicina ayurveda (conocimiento de la duración de la vida),  de que algunos les gusta mucho que sus espacio tengan el aroma de alguno de los diversos inciensos(allá en general los usas como una forma de agradecimiento o dialogo con sus dioses), o que algunos tengan posteadas en sus redes sociales una colección de selfies de su última visita a este exótico destino. Se sabe casi nada de que la India es el país que mas películas produce al año (4 veces mas que los E.E.U.U), de que es el lugar donde mas espectadores asisten a las salas al año, superando los dos mil millones de espectadores (en Bolivia apenas superamos un millón), que es donde se consiguen una de las entradas mas baratas de todo el mundo, equivalente mas o menos a un boliviano con cincuenta promedio por entrada.

En Mumbai lo que antes era Bombay (de ahí el nombre de Bollywood) es donde más películas se hacen con su estilo típico: melodramas y con canciones de por medio (el negocio esta sobre todo en el artista y la canción, donde los estudios están en sociedad con las radios y los sellos discográficos), mas al sur y mucho mas pequeña esta la industria de Tollywood (en referencia al idioma), después existe un cine callejero que donde se hacen películas al estilo de occidente,  y por ultimo está el cine independiente, que es el que más galardones y prestigio le ha dado a ese país (Satyajit Ray, el emblema del cine independiente Indio consiguió el premio oscar a toda su trayectoria) “Sunrise”  de Partho Sen-Gupta es, aun cuando hay participación francesa, es una película de esta ultima categoría.

 

Partho Sen-Gupta es un director de nacionalidad Francia nacido en Mumbay que fue formado en la prestigiosa escuela de cine Femis de Paris (Escuela Nacional Superior de Oficios de la imagen y el sonido). Con su cinta “Sunrise” nos presenta un thriller con todas las de la ley, con todos sus elementos que debe tener un thriller, pero el resultado final nos sabe mas a un potente cine social que otra cosa y nos deja mas mella que la gran mayoría de obras policiales.

El protagonista, interpretado por Adil Hussain (conocido por “La vida de Pi”, 2012 de Ang Lee) con una maestría ejemplar; es un policía que también es victima de unos de mayores delitos de la urbe: la desaparición y trata de personas. Sobre ese tópico se han hecho muchas películas que se acercan al tema desde varios puntos de vista, desde el morbo hasta el apego a vida real (hace meses se estrenó la película nacional “Muralla” de Gory Patiño).
Pero “Sunrise” usando las herramientas que tiene el cine, logra ir un paso mas allá: saber como lo consigue tal vez significa saber como es que trabaja en cine dentro del espectador, tal ves significa saber cual es su esencia.

Tal vez lo que consigue “Sunrise” y le confiere de una particular belleza, es que nos invita a compartir la angustia del personaje, y para eso nos introduce algunos flashs back, ambiguos que nos permiten entender los sentimientos del protagonista, mas que las causas y efectos de su accionar; nos presenta al personaje hostigado por una lluvia constante que esta siempre ahí, a pesar de los paraguas que continuamente le entregan, a pesar de los limpiaparabrisas de sus auto, a pesar del techo y el cobijo de su casa, a pesar de la compañía de su esposa. Tal vez lo consiga con la maestría en la manera de mostrarnos el corazón cotidiano de donde se reclutan a las chicas desaparecidas, donde ellas trabajan, como también la comisaria donde él trabaja, donde no hay malos poderosos pertenecientes a grandes mafias y carteles inaccesibles, sino simplemente hay familias que viven haciendo cosas que la ley no lo permite, donde se ha normalizado y organizado lo ilegal. Y como eso sucede en muchas partes tal eso consiga que nos sea tan familiar.
Tal vez sea el uso oportuno de la fotografía y la música lo que nos introduce en un mundo crudo y real pero que pertenece al mundo de la ficción cinematográfica.

Y lo mas importante, es que tal vez lo que nos muestra la película es que las acciones mas transcendentes de los personajes y de los hombres son los pequeños gestos que nos acompañan en la intimidad, los que se internalizan dentro nuestro, sin grandes sobresaltos ni grandes explicaciones y que serán los resortes de nuestros empeños, de nuestros logros pero también de nuestros errores y fracasos.






lunes, junio 17

Noah Baumbach


Noah Baumbach y sus pasos a través de la película “Frances Ha”


Cine
    • Protagonistas. Personajes femeninos de la película que se encuentra en Netflix. | ARCHIVO
    Publicado el 16/06/2019 a las 0h00
    Marcos Loayza
    Cineasta
    El director de cine Noah Baumbach, nacido en Nueva York, parece un personaje salido de algunas de las películas de Woody Allen; es un cineasta graduado con honores, hijo de dos grandes autoridades de la literatura y de la crítica de cine en Nueva York, de origen judío. Según el New York Times, Jonathan Baumbach cambió las ideas tradicionales de narración y progresión lineal en su novelas y cuentos y sufrió mucho con la separación de sus padres y no logró superarlo a pesar de sus sesiones con su psicoanalista; y que, dicen las malas lenguas, tampoco logró exorcizar ese hecho haciendo la película “Una historia en Brooklyn” (2005).
    Según otros, con otro sentido del humor, Noah es un una versión hípster y joven de Woody Allen y como prueba se remiten a la película  “Misstres America” (2015), y argumentan que como el veterano lo hizo con Mia Farrow, Noah siempre hace actuar y le ayuda en los guiones su esposa Greta Gerwig,  que también usa la música como citas provenientes del jazz y la cultura popular de Nueva York, y que le gusta llenar de referencias cinematográficas con sutileza e inteligencia.
    Para otros Noah Baumbach, simplemente es niño mimado de los cine indie, de la ciudad de Nueva York , que entre otras curiosidades aparece como guionista de la película “Madagascar 3” de Eric Darnell, Conrad Vernon, Tom McGrath (2012).

    TONO INDEPENDIENTE
    “Frances Ha” es una película que tiene todos los ingredientes de una película independiente (se puede ver en Netflix), es una comedia romántica sin romance, o mas bien sin una pareja que terminará viviendo comiendo perdices, es como muchas otras películas de este siglo, una película de adolescentes donde los protagonistas superan los 25 años, es una película que recuerda lo mejor del símbolo del cine independiente de Jonh Cassavetes, está hecha con una sólida fotografía en blanco y negro.
    El casi niño Antoine, personaje principal de la obra “Los 400 golpes” (1959) de Francois Truffaut, al final encuentra un lugar en el mundo y corre hasta llegar al mar y es filmado con un largo traveling con la música a todo trapo. Alex el adolescente  de “Mala sangre“ (1986) de Leo Karax, corre por los suburbios de París filmado como un homenaje a los “400 golpes” en un largo traveling con la emblemática canción de David Bowie “Modern Love” (1982), “nunca digo adiós, aunque lo intento”, y más de 20 años después Noah Baumbach hace un homenaje (robo explicito según la revista Los incorruptibles) a Truffaut y a Karax en “Frances Ha” donde la protagonista corre al ritmo de la misma canción de Bowie (Modern love: “Dios y el hombre no creen en el amor moderno”) con un mismo traveling, esta vez, por las calles de Nueva York. A estas altura cuando los teóricos debaten si los hípster son la última generación de los artistas posmodernos o una moda contracorriente, el uso de Noah Baumbach de ese traveling como homenaje, es sólo una anécdota que no nos debería quitar el respeto al autor (Godard ve en los travelings una cuestión moral, y Daney se hizo famosos por texto “el traveling de Capo”).
    Pero el valor y la clave de la cinta está en Frances, un personaje que no termina de encontrar su lugar en el mundo. La película está dividida precisamente en las direcciones de la gran ciudad donde el personaje va morando, y que, el director nos muestra cómo consigue adaptarse en las situaciones cotidianas a las que se enfrenta, el ser testigos como espectadores de sus continuos desatinos es algo muy poco habitual en el cine, las primeras películas de Woody Allen lo conseguían pero en un tono evidentemente de caricatura, y despierta  en el espectador un extraña e incómoda misericordia. Para conseguir eso se necesita una sólida construcción de los personajes, un férreo y milimétrico montaje, un guion y parlamentos precisos; elementos que siempre han ponderado al autor; pero sobre todo se necesita una actriz que se adueñe, encarne y de la cara de todo eso; tal es el caso  de Greta Gerwin, musa, pareja y coguionista del director.

    domingo, junio 2

    Producción independiente: Aciertos del filme “La tierra de los hábitos constantes” | Los Tiempos

    Producción independiente: Aciertos del filme “La tierra de los hábitos constantes” | Los Tiempos

    Marcos Loayza
    Cineasta
    La directora neoyorkina Nicole Holofcener es uno de los mejores referentes del llamado cine independiente, trabajó mucho en televisión en conocidas series románticas, y sus anteriores películas despertaron gran entusiasmo de la crítica. “Sobran las palabras” (2013), participó en el festival de Toronto y los más entusiastas cronistas compararon su humor nada menos que con Ernst Lubitsch.
    ¿Pero qué se debe entender por cine independiente hoy en día? Inicialmente era una categoría de muchas películas que se hacían al margen de la industria y de las diversas formas de financiamiento oficial, eso es fácil de entender en los Estados Unidos, donde hay siete empresas “majors” con muchos tentáculos que hacen las películas que más se distribuyen en todo el mundo, entonces las que estaban fuera de ese circuito se llamaban independientes, pero en el resto del mundo donde hay políticas de subsidios y fondos concursables, las cosas no quedaban tan claras; después se entendió como un cine que hace las cosas de manera diferente a como se hacen las películas de blockbuster (taquilleras), que cuentan historias con menos peripecias y que usan otros recursos.
    Con lo años se convirtió en casi un género que transita entre la comedia y el drama, con historias más cotidianas que extraordinarias, con actores de mediano a pequeño cartel, con problemáticas muy reales y políticamente correctas pero con ciertas transgresiones. En películas que ganan festivales y se muestran en el canal Sundace.
    El crítico Oti Rodríguez, marchante del Diario ABC, escribió: “Hay dos tipos de cine indie americano, uno que te mira a ti y otro que quiere que lo mires tú” y concluye que Nicole Holofcener pertenece enteramente al primero.

    La película
    “La tierra de los hábitos constantes” (Netflix) como bien lo indica el título, (cuanto se agradece que una película tenga un título justo y apropiado), habla de cómo los lugares donde habitan los personajes son un reflejo de su existencia, el dilema de hacer de la casa un hogar. Se puede comprar y tener una casa, así sea con hipoteca, ¿pero que se debe hacer para tener un hogar? Todos los personajes tienen una fractura que se expresa entre su vida y sus espacios: al que dejaron de pertenecer, al que nunca pertenecieron, al que desean poseer, o al que no desean.
    Ambers dejó a sus 55 años, su trabajo y su hogar y dejó de pagar la hipoteca de su casa, para buscar ejercer su autenticidad y libertad; pero en ese empeño no toma las decisiones correctas, no son decisiones trascendentales, sino cotidianas, habituales; justamente porque la historia es una metáfora existencialista.
    Holofcener sin la menor piedad coloca a sus personajes en situaciones desamparadas, incómodas, desagradables y muy ásperas. Su conciudadano Woody Allen parte del mismo puerto pero desemboca en la comedia, Milan Kundera en su libro “Amores ridículos” (1068) aterriza –con su humor que se ríe del otro pero sin ensañarse- en una sonrisa que festeja la vida cuando no el amor. En cambio, la directora lleva las situaciones en “La tierra de los hábitos constantes” a una zona incierta, demasiado real para ser comedia y demasiado mundana para ser tragedia. Ella declaró que lo que más le gusta es conocer las zonas grises de sus personajes.
    No habría manera de soportar ese andamiaje sin las magníficas actuaciones, en especial de los personajes femeninos, y sobre todo, la excepcional interpretación de Eddie Falco.
    Pero, al final y a pesar de todo, los personajes logran habituarse o aceptar sus nuevos espacios, la tragedia produce una suerte de catarsis en los personajes, sin embargo deja en la total desnudez al espectador.

    jueves, abril 11

    lunes, abril 1

    Susan Sontag




    Las grandes narraciones no sólo están contadas eh pretérito, sino versan sobre el pretérito.
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    martes, marzo 19

    Apuntes sobre Kubrick


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    Apuntes de Kubrick

    En el siglo pasado hubieron muchas dudas y cuestionamientos sobre la naturaleza del hombre, cada bando de se adjudicaba para si el progreso y la civilización; cada bando se adjudicaba la razón y se desentendía de la pasión, sin  saber que ambos eran más hijos del romanticismo que de la ilustración; todos tenían dudas sobre la guerra, pero empuñaban las armas: desde “haz el amor y no la guerra”, hasta “por amor estamos matando”.
    Kubrick en cambio no tenia ni usa sola duda al respecto: el hombre es sobre todo un hombre que usa la fuerza y es asesino a lo largo de toda su historia, y en todas sus películas se ve eso; tal vez la secuencia que mejor ilustra esa su mirada es la secuencia inicial de “2001 Odisea del espacio”, cuando nos muestra como uno de nuestros antecesores descubre o inventa el uso de un hueso como arma para tener superioridad física y matar a su enemigo, acto seguido en el festejo lanza su nueva herramienta en señal de victoria y ante nuestros ojos vemos, en una elipsis de miles de años, que el hueso se convierte en una nave espacial, nos muestra que la historia se repite: el hombre inventando y fabricando maquinas para tener superioridad sobre el otro. Y al final la maquina tal vez lo que aprenda del hombre sea eso: mentir, matar y destruir.


    Las dudas de Kubrick no se presentaban en las historias, no las fabricaba sino que se servía de ellas (siempre adapto novelas para sus guiones ) para mostrar con el cine su visión pesimista, para Spielberg él era fue “el mejor  ilustrador contemporáneo de la condición humana”; sus dudas estaban en la forma, (¿puede la forma alcanzar la perfeccion?) en donde ubicarse formalmente, ante la historia que esta contando, por eso creo que de manera literal y figurada amaba ponerse en el centro de la perspectiva; que todos los puntos de vista y de fuga se sitúen en el centro de la pantalla; que la historia este vista con toda la distancia que sea necesaria; las dudas estaban, vistos los resultados del surrealismo, en como invitar a través de la razón a que el espectador participe con su inconsciente, de manera ilustrativa podemos comparar las maneras de poner la cámara entre él y Don Luis Buñuel, mientras Kubrick pensaba y repensaba, y repetía hasta mas de 150 cada tomas de cada plano, Don Luis cuando todo ya estaba listo de manera disimulada solía dar una pequeña patada a el trípode para que la toma no alcance la perfección; mientras uno rodaba no mas de 6 semanas, Stanley llego a sobrepasar las 52. Esa duda de mostrar la calidez humana con toda razón e investigación, (es conocida su obsesión por investigar hasta el cansancio todo alrededor las películas que estaba produciendo); no en vano Pauline Kael, que no es poca cosa, dijo de él “que es de humor teutonico, frio, pedante e indiferente”

    Las dudas de Kubirck estaban en como mostrar a sus espectadores personajes que no muestran precisamente lo mejor del hombre, sino en muchos casos todo lo contrario, no en vano para él “la novela ideal para llevar al cine es la que ahonda en la vida interior de los personajes, que le brinde al adaptador una comprensión absoluta de cuanto piensas y sientes los personajes”


    Las dudas de Kubirck estaban en como mostrar la vida tal cual es sin apelar al realismo crudo, por eso tal vez declaro: “Tengo especial debiliad por los delincuentes y los artistas…ninguno toma la vida tal cual es”

    Tal vez la mejor metáfora de cómo empezaron a caerse las teorías y la utopías en el siglo pasado nos la dieron los punks, que surgieron como el chaqui a los rebeldes años 60, después de mayo del 68, del che, después de los pacifismos, la sicodelia y el hipismo, pregonando basta ya de lindas palabras, pasemos a la acción, de que sirve la paz y el amor en este mundo de mierda o en palabras de Clash “Todos los pacifistas se vuelven oficiales de guerra/ Escucha lo que digo”. Y años antes de que todo eso pasará Kubirck como un buen profeta, que es un artista, logró mostrarnos ese espíritu con su “naranja mecánica” (una comedia muy dura  de 1971), pero también nos mostró las formas que adoptaría ese espíritu, y por eso talvez  las preguntas que se hacia entonces, ahora entre tanta corrección política son ahora mas validas que antes: ¿Que hacer con el libre albedrio, si en esencia el hombre es irremediable? ¿A nombre de algo yo puedo censurar tu manera de pensar? ¿El arte esta en mi cabeza o en tu corazón?


    sábado, marzo 9

    mas sobre los dialogos




    La  clave de escribir diálogos buenos, como en todos los aspectos de la narrativa, es la sinceridad. Si las practicas, si pones honradez en las palabras que salen de boca de tus personajes, descubrirás que te expones a bastantes críticas"


    Stephen King

    domingo, diciembre 2

    Diálogos




    Los diálogos no son para saber que piensan los personajes, sino para saber como piensan

    lunes, enero 15

    Andrés Gómez Vela




    Cuando Tupa cruzaba con sigilo, miedo e incertidumbre entre dos estrechos muros de cajones de cerveza en busca del Averno, percibí que la vida es un recipiente de alcohol en ese mundo donde la lujuria, la ira, la soberbia, la ilegalidad y la violencia terminan ahogando a seres ya ausentes en un bar que va camino a convertirse en una piscina de tragos amargos.

    Marcos Loayza nos lleva en su nueva película a la ladera oeste de la ciudad de La Paz, por donde se descuelga El Alto y desde donde ostenta su poder económico (a estas alturas) la vieja burguesía chola, que baila y bebe hasta el éxtasis en honor a casi todos los santos, pero con especial preferencia a uno que está montado sobre su caballo y en quien deposita su fe para cristalizar hasta sus deseos non sanctos.

    La obra cinematográfica transcurre en una larga noche paceña de realismo, surrealismo, realismo mágico, mito, simbolismo y alegoría. El Averno es una composición de fotografías, radiografías y ecografías psicosociales de una parte de la sociedad boliviana; una secuencia de escenas en las cuales el espectador si es paceño, identificará y se extenderá en míticos personajes regionales; si es de otra ciudad, conocerá la parte desconocida de un grupo social muy conocido; y si es extranjero, constatará el sincretismo religioso y el mestizaje cultural del occidente de Bolivia.      

    La película comienza con una pesadilla del protagonista, Tupa, interpretado muy bien por Paolo Vargas, y termina con una simbólica y surreal pelea   Tupa vs. Tupa. La marcha fúnebre de apertura y de cierre subraya que no todo acaba con la muerte porque los que se fueron siguen presentes en forma de mitos, leyendas, “calaveritas” o mientras persistan en la memoria de los que se quedaron por ahora.

    Particularmente, me causó gracia ver al Tata Santiago ebrio y algo desaliñado, el santo más venerado de Bolivia en cuyo honor fueron bautizados decenas de pueblos: Santiago de Guaqui, Santiago de Huari, Santiago de Huañuma, Santiago de Huata, Santiago de Bombori (y hasta Santiago de Chile, solía decir mi tío Natalio Vela, que era yatiri). 

    Me lo imaginé en ese momento de la película, administrando milagros a sus devotos desde su papel de médico, abogado y militar, pero ya no pude imaginar si tenía algún método para seleccionar a  quiénes beneficiar y a   quiénes excluir de su bendición.

    A ratos es agobiante y desesperanzadora la aventura de Tupa, tal vez por su inocencia y por los obstáculos que enfrenta para llegar hasta el Averno, que puede ser cualquier lugar y estar en cualquier parte a donde uno arriba al final de la noche y al principio del día después de intensas horas concupiscentes y bajo el peligro de eternizarse en aquel espacio sin tiempo ni espacio que no es el infierno, pero tampoco el cielo, menos el purgatorio.     

    Loayza muestra, a través de sus personajes, que al final la vida consiste en saber decir no o sí y en la tenacidad de recorrer el camino elegido que, sin importar el destino, siempre estará plagado de buenas y malas personas y de circunstancias inesperadas. También consiste en decirse no o sí a uno mismo ante las tentaciones o debilidades, lo que está reflejado de forma simbólica en la pelea Tupa vs. Tupa.

    Las escenas ensambladas entre el realismo y el surrealismo causan sensaciones (según el alma ambulante de cada quien) que pueden ir y venir entre la descarnada exposición de estereotipos de la burguesía chola como la ostentación, la borrachera y su poder económico acumulado no siempre sobre actividades legales; y la acertada reflexión sobre la religiosidad condenada al alcoholismo.

    Sea cual fuere la sensación, uno sale de la sala con la impresión de haber visto algo que ya vivió, o ya conoció; o, finalmente, alguien ya se lo contó, pero no con la maestría de Marcos Loayza.

    El Averno merece ser vista e interpretada, no sólo porque es una película nacional, sino porque es juicioso atisbar desde la butaca una parte del ser boliviano, en este caso, paceño.
          
    Andrés Gómez Vela es periodista. 

    Miguel Gutiérrez







    Marcos Loayza
     podría haberse limitado a hacer una simple celebración de tradiciones y relatos urbanos. La enésima y genérica aproximación a Viscarra disfrazada de "cine independiente" o "cine social" sin mucha más sustancia ni novedad y hubiera salido bien parado; por que fuera de las aulas de las facultades, el experimento todavía es "novedoso" y más o menos inusual de cara a un público que en cuanto a cine nacional se refiere y con pocas excepciones en los últimos años, está acostumbrado a ver la futilidad hecha largometraje: cine "popular" que bebe más de lo peor que se produce en Perú o México que de reconocidos autores (y ya ni hablar de plasmar nuestra esencia y cultura, o tener la más mínima ambición artística).
    Pero Marcos Loayza ha dicho "FUCK IT" como sólo un autor lo podría hacer y ha construído una fábula fantástica que no se corta ni se contiene a la hora de desplegar un imaginario prácticamente inabarcable. Decir que es rico en referencias es quedarse corto. Loayza ha triunfado donde (por citar el primer bodrio que se me ha ocurrido) David Ayer a fallado épicamente con Bright. Ha fusionado PERFECTAMENTE la ciudad, nuestra pinshi ciudad maravilla, con los tugurios de nuestras tradiciones para crear UN MUNDO NUEVO que no deja de ser 100% nuestro y al mismo tiempo distinto, surrealista, onírico y atemporal. Donde reconocemos muchos lugares y al mismo tiempo se nos revelan como escenarios que nunca hemos pisado. Nada desestimable ventaja del cine que ya quisieran las 8 artes restantes, y que se aprovecha categóricamente en la película. En Averno hay incluso potencial de franquicia.
    Hablemos técnicamente: La dirección de arte es magistral y la fotografía es espléndida. Averno se ve beneficiada por una atmósfera visual irrepetible e inédita en la pantalla grande. Cada toma está hecha con mimo, "con cariño" como diría un colega artista. El presupuesto es risible comparado a las cifras que se manejan en Hollywood (incluso en el cine "endeeehh") y aún así luce más pro que tantas Oscar-bait de usar y tirar que salen cada año. Gran falencia (o virtud para algunos, hay gente para todo) de otras propuestas nacionales es que no se logra (o ni se intenta) disimular ésto y a los 5 minutos uno ya está fuera de la película. En Averno no es que le hayan sacado el jugo al budget; es que han hecho que parezca la primera gran super-producción boliviana a punta de ingenio y arte. Averno es una de las películas bolivianas con factura técnica más impecables de todos los tiempos. "Gorgeous looking" diría Chris Stuckman y se quedaría corto.
    Pero a pesar de todo hay algunos detalles cuestionables que no escapan a la atención; como algunos de los actores. Hay una diferencia notable entre Tupah interactuando con su familia y Tupah interactuando con sus amigos lustrabotas. Algunos de los estrafalarios personajes son muy entrañables y algunos parecen Jared Leto en Suicide Squad. Por ahí dicen que la esencia de la historia y la inmersión a la cual se presta el espectador hacen que se disculpe un poquito el hecho que tal vez nuestro protagonista es un poco.... inexpresivo, tal vez incluso indiferente ante el grotesco carnaval urbano que desfila ante sus ojos pues es éste el centro de la historia y no tanto el personaje que es más una excusa para ir y venir por la ciudad. Discrepar con ésto sería como discrepar con Nolan en Dunkirk y no sé si estoy preparado para semejante herejía.... pero me voy a arriesgar principalmente por que, como dije, hay personajes asolutamente memorables, inolvidables y con una caracterización del carajo. El contraste es muy fuerte para pasarlo por alto.
    Tampoco me gustaron mucho las escenas de pelea; o sea tampoco pido The Raid, pero...
    Para finalizar vamos a darle palo al Dakar because why the fuck not. ¿Quién les manda montar el circo populista la misma semana del estreno de Averno? No seré el único en comparar la futilidad de ésta especie de Juegos del Hambre con autitos con las que nos atragantan cada Enero, con lo que debería ser (y es de hecho) el evento cultural a nivel nacional más importante de la temporada.
    A un nivel estrictamente patriótico encuentro más necesario e incluso lógico que se apague el televisor de una buena vez y se vaya a apoyar el cine nacional (aquí apaguen el celular también por que JO-DER... toda la película buscando el Averno y cuando llegan al Averno sacan el celular para whatsappear, por gente así nos ralean los aliens).
    Ojalá hubiera ésta película en Stardust para seguir la plática y difundir el boca a boca; pero que bien que haya en Filmaffinity y Letterboxd (no somos una industria tan X como pensé LOL).
    8/10 y pienso repetir.

    Andrés Canedo

    AVERNO



    Cine Boliviano
    Dirección: Marcos Loayza
    Orfeo viaja a los infiernos con el objeto de rescatar a su amada; Tupah, viaja al Averno para rescatar (traer) a su tío, el músico de una banda; una banda de música (metales y percusión) en el más puro sentido boliviano. Ambas historias, aunque con este rasgo que las acerca, son en realidad muy distintas y con finales opuestos. El infierno de Orfeo, era un verdadero Hades; el Averno de Tupah, es un bar que, sin embargo, es el infierno.
    Tupah, es un joven lustrabotas, hijo de una chola, que empieza teniendo una pesadilla, sin saber que al día siguiente se sumergirá, consciente, en otra, más terrible, más asombrosa, en la que varios seres malignos le anunciarán su muerte para el fin de la jornada y, otros, benignos, tratarán de protegerlo, tránsito que él realizará, a través del submundo de la noche paceña, protegido sobre todo por su absoluta inocencia. Es que la orden perentoria que le da ese personaje influyente, ligado con la policía, de buscar y traer a su tío el músico, alcohólico consuetudinario, no admite vacilaciones. Así lo veremos deambular a través de los meandros de la noche por los lugares más terribles de La Paz. En este largo viaje hacia la noche, se enfrentará a las situaciones más tremendas y recorrerá una escenografía surrealista encontrándose con personajes de la mitología aymara que son apariciones insospechadas y que él resistirá con la fuerza de su candor. También, personas reales, las putas por ejemplo, lo protegerán mientras se dirige hacia su destino en el Averno. Son las estaciones de ese tránsito, las que colman de belleza a la película, en un recorrido por lugares y personajes que nos sacuden no por su irrealidad, sino porque nos recuerdan, aunque lejanamente, situaciones que nosotros mismos hemos vivido. Dos momentos notables son, por ejemplo, ese caminar esquivando las máscaras diseminadas en el piso, o el bar con el piso líquido, en el que los bebedores chapotean, lleno de la cerveza que ellos mismos brindan como homenaje a la Pachamama. Mucho de lo que sucede en esa noche, nos lleva al recuerdo de imágenes, o más bien de emociones, que quedaron en nuestra memoria de los espacios en que transcurre Felipe Delgado, la novela de Jaime Sáenz. Es más, uno de los personajes de la película durante este tránsito, es don Jaime, cuya caracterización nos recuerda imperiosamente al citado poeta, experto, lo sabemos, en los misterios más oscuros de la noche paceña. Si la escenografía, dentro de su refulgir tenebroso es deslumbrante, también lo es el vestuario de los habitantes de los bares y la actitud de los personajes allí mostrados, a veces hierática, a veces congruentemente absurda, a veces aterradora.
    Finalmente Tupah, ya en el fondo del Averno, se enfrentará a Kusillo para decidir su destino. Sería inútil tratar de desentrañar las razones últimas de este enfrentamiento (si bien se nos hace claro que es la condición necesaria para llevarse al tío) pues el Kusillo, que hasta donde sabemos es una especie de bufón alegre, oficia aquí como el príncipe de los infiernos. No es posible establecer una ilación lógica en los sueños y la película de Loayza, de alguna manera, es también como una pesadilla. Todos los personajes (algunos que responden a la realidad y otros que están apenas en el límite de la misma e incluso más allá) están muy bien actuados y Tupah (Paolo Vargas) nos pareció impecable, sobre todo en su capacidad de transmitir una inocencia que lo cubre y lo protege, que le brinda invulnerabilidad, en medio de los terribles sucesos que le acontecen. De los otros actores, sólo pude reconocer a Fred Nuñez y Cacho Mendieta (los créditos sólo aparecen al final y no es posible recordarlos) pero la actuación, en general, no muestra grietas. La iluminación es también notable y hace posible el generar ese ambiente onírico en el que transcurren las escenas. No es mi oficio y no podría hablar con conocimiento de encuadres, planos o secuencias, pero a mí, como espectador común, me parecieron justos. Es que la película es prolija, elaborada con la pasión y la constancia de un artesano. Había visto antes dos obras de Marcos Loayza, las dos abundantemente premiadas: Cuestión de Fe y El corazón de Jesús. Sin embargo, tengo la impresión que Averno es una obra mayor, por su precisión, por sus detalles laboriosos, por su belleza visual y por su historia inusual que nos atrapa y nos hace verla, durante todo su transcurso, con absoluto respeto. En eso se fundamenta, pienso, su universalidad, a pesar de ser tan intrínsecamente paceña. Uno sale del cine meditando y, si se me permite la expresión, “en estado artístico”, que es, de alguna manera, un estado de gracia debido a los dones recibidos. Hay que verla, es necesario, es imperativo, para enfrentarse a una notable experiencia espiritual que nos llega a través de los sentidos.
    Aunque hace muchos años que no nos vemos, he sido, soy, amigo de Marcos Loayza. Es por eso, que a pesar de mi situación que me obliga a ahorrar cuanto se pueda, decidí ir al cine, brindarme un premio y una satisfacción que me los merezco; eso me dije y no me equivoqué. Fue también la intuición la que me impulsaba a ir a ver esta película. Y ese fenómeno, no racional, me recompensó abundantemente, como cuando intuíamos que nos encontraríamos con una mujer hermosa en todos los sentidos y que la vida, como consecuencia de ello, nos honraría con su maravilla.
    Andrés Canedo