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jueves, marzo 19

Apuntes de la película del Che





Encarar la escritura de un película de Biografía (biopic) no es tarea fácil, porque el espectador en general tiene una versión de la vida del personaje biografado y conoce el final, es decir que al contar la vida de Jesús, todos más o menos saben que el personaje muere a los 33 años crucificado después de vivir una semana muy especial cargada de tormentos y simbolismos; por eso cuando la contamos de manera cronológica, cuando Jesús está con adultos a sus doce años, el espectador subconscientemente piensa, ¡Pucha! faltan 21 años para que lo crucifiquen. Por eso, para que el público, no tenga esa sensación de tedio, es que se recurre a una estructura con saltos temporales, partiendo la historia con el personaje al final de su vida y por medio de recuerdos (flash backs) pasa por diversos momentos de su vida manteniendo así vivo el interés.

Como la película que dirige Soderbergh sobre el Che Guevara,(la primera parte, la cubana) presenta ese mismo problema y utiliza la solución de mostrarnos al guerrillero en las Naciones Unidas como la culminación de su ascenso al poder, pero el problema es que en nuestros territorio la figura del Che está muy presente: “tu querida presencia comandante” como cantara Carlos Puebla y no lo vemos solamente como un largo camino para llegar a las Naciones Unidas.

El otro problema es que para nosotros el Che no puede ser visto desde la corrección política, como lo ve el director norteamericano, porque Guevara no es para nosotros lo que seguramente fue Martín Luther King para los norteamericanos, sino que fue un hombre que vivía al borde de la controversia y que apostaba a que “la historia lo absolvería”, a pesar de todos sus actos incorrectos : “por amor estamos matando”;porque Guevara no estaba en carrera de santo y su vida misma fue una larga lucha entre la moral y el deber. Y no podemos separar sus cartas, discursos y presencia con sus actos de médico o ministro de economía. No es gratuito que tanto se hablara del “deber revolucionario” y de que él haya tenido una visión muy particular sobre eso,(hasta hoy los niños cubanos cantan todos los días: “seremos como el Che”) y que en él se manifestaban de manera opuesta y contradictoria, el guerrillero o soldado como le gustaba llamarse, el revolucionario, con el médico, con el padre de familia, el estadista, el estratega militar, el orador y líder, con el hombre solitario que escribía sus diarios a sabiendas de que sería leído a futuro.

Richard Dindo desde Suiza, realizó su film “diario del Che en Bolivia” (Ernesto Che Guevara, das bolivianische Tagebuch, 1994) y nos mostró un ser humano, un personaje a cabalidad y no un actor que imita a un hombre muy conocido, eso extrañamos mucho en la nueva cinta. Y además nos mostró un techo cinematográfico muy difícil de alcanzar.

Serge Daney escribió en un texto célebre y controvertido que no merece su respeto una persona que filmaba un largo traveling para sacar belleza a la guerra, y tenía razón, o por lo menos me adscribo a su afirmación; por eso creo que las cintas “Nacido el 4 de Julio” o “Rescatando al soldado Ryan”, son pelis de guerras y nada más, y por eso cuando miraba las escenas de guerra de la obra de Steven Soderbergh me empecé a aburrir y mirar como se deslucía la obra con tantos tiros, y recordé que era tal cual como cuando jugábamos guerritas en mi niñez, después de ver en la tele la serie “Combate” (la serie bélica más exitosa de la televisión americana, que se emitió desde el año 1962 hasta el 67) y mientras los guerrilleros estaban en Santa Clara recordé la música y escenas enteras del sargento Saunders interpretado por Vic Morrow, que también llegó a dirigir algunos capítulos luchando por la democracia. Evoqué los discursos de “Combate” donde se mostraba a un ejército obligado a hacer la guerra, y luchar por la libertad ,la democracia occidental, y pensé como habrán calado en el niño Steven y que seguramente habrán aflorado más que series como Mash, pensé que mientras tanto esos años nosotros leíamos el diario del che publicado en los periódicos locales. Todo eso mientras la sala se llenaba de tiros que no me atrapaban.

Después leí que casualmente el último capitulo de los 152 se titulaba “La guerrilla”, tal vez se trate de un homenaje. De ser así sería justo con el cine de clase B, pero de alguna manera patético con el guerrillero.

Generalmente sucede cuando otros cuentan nuestra historia .