Albert Boatella nunca llegó a Bolivia, pero su decálogo expuesto alguna ve en una conferencia en la fundación Juan March, vale la pena compartirla para nuestra sociedad, apenas es un resumen para invitar a indagar mas sobre su pensamiento y obra:
1.- Rechazar la fantasía- el arte es presenta mas la vida que la vida misma,
2.-No trabajar con quien te llama a la hora del almuerzo- el arte trabaja con el tiempo y muchos no son armónicos con el tiempo, siempre están a deshoras, y lo harán también en la escena.
3.-Quitar el monopolio de la poesía a los poetas.- todo arte tiene poesía, porque es con muy poco ofrecer mucho, y no solo está en los libros de "poesía"
4.-Cultivar constantemente el mal gusto- el buen gusto no es otra la moda y ella siempre es mas efímera que la obra de arte.
5.-Defenderse de la modernidad.- en estos tiempos muchos artistas se creen en la obligación de ser modernos y vanguardista aun a costa de sacrificar la comunicación con su publico, o quieren transmitir directamente su caos con caos.
6.-Fomentar los enemigos- a pesar de que en estos tiempos de tanta corrección política no es fácil estar cuestionando las verdades absolutas.
7.-No frecuentar la sopa boba.- En estos tiempos que ha cambiado sustancialmente los mecenazgo, hay que tener cuidado con las subvenciones del estado que parecen ser un tributo al vasallaje.(el publico te da mas libertad que los auspiciadores)
8.-Traicionar periódicamente a la patria.-El artista tiene la obligación de tener una visión critica a la visión que todos tienen en su momento, por eso combate las dictaduras o ciertas convenciones política y morales de su tiempo.
9.-Combatir sin piedad a los nuevos dioses- El artista no esta para endiosar sino para ser despertar el pensamiento critico, desde el político hasta el artístico.
10.- No trabajar nunca- hacer las cosas por el gusto de hacerlas no por la obligación. disfrutar con el oficio.
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lunes, enero 19
decálogo de Albert Boadella
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martes, marzo 3
Sobre Samuel Beckett

Sólo preguntas.
Preguntas realizadas a Samuel Beckett en uno de sus homenajes:
¿Cómo saber del misterio de ciertos hombres que consiguen caminar diferentes caminos, otros caminos que la gente de su época? ¿Cómo saber si lo hacía adrede y en plena conciencia o simplemente fueron los caminos que le tocaron caminar?
¿Cómo hablar de un hombre que da un paso más allá, de su tiempo y más acá del tiempo que nos tocará?
¿Cómo escribir del calor que me transmite un hombre cuyos textos son más fríos que los puñales que guardo en mi refrigerador?
¿Cómo describir ese extraño rigor de manejar el ritmo en sus escritos?
¿Cómo explicar la presencia de su ritmo? ¿Es el ritmo el mismo después sus escritos?
¿Cómo diablos hizo para resolver la difícil ecuación de no perder la gravedad y sin embargo invitarnos a reirnos de todas las cosas, Incluidas las gravedades?
¿O es que así será el humor irlandés? ¿O así será el humor que desarrollo en sus épocas de secretario de su jefe James Joyce?
¿Por qué se le ocurrió cantar la esperanza desde el mayor de los pesimismos?
¿Creía en Dios? ¿Cómo leyó Samuel la Biblia? ¿Cómo era su Biblia? ¿La tenía marcada con papeles blancos cuidadosamente recortados, o sólo subrayaba con tinta?
¿Son contundentes, y nos han golpeado con feroces golpes, las razones de su arrepentimiento, pero cuáles habrán sido las certezas de sus orgullos?
¿Cómo explicar la sensación de orden, que nos deja, un sabor a orden, a ordenamiento mayor, más grande que los insípidos argumentos que discutimos desde Aristóteles? ¿Cómo compartir el sentido que se muestra en sus trabajos, ileso al tiempo, en esa materia de aparente sin sentido? ¿Qué decirles a quienes hablan de su absurdo? ¿Con qué armas demolerlos? ¿O sólo es suficiente invitarlos a mirar las cosas detrás de la ventana?
¿El personaje o el hombre, en su obra, son sólo un objeto, parte de una cosa más grande llena de partes que se ordenan para dejarnos ver la humanidad del personaje, el sentido al que está condenado el hombre?
¿Cómo es posible que antes de su presencia las cosas, los objetos, las palabras, los personajes, no se pudieran ordenar a su manera?
¿Será su obra la constatación de las antiguas palabras de mi viejo profesor de que las matemáticas están en todas las cosas y en cada uno de los emprendimientos?
¿O habrá sido mi viejo profesor de matemáticas asiduo y secreto lector de Samuel Beckett?
¿Por qué y de cómo en él las palabras estaban justas, en su valor justo, en su lugar preciso?
¿Puede encontrarse acaso más amor a las palabras que él puso en sus silencios?
¿Cómo cuernos ordenaba sus prendas cotidianas?
¿Qué pensamiento se le cruzaban por la cabeza a la noticia del nacimiento de un pariente cercano?
¿Era su corazón quien le imponía su lógica a su cabeza, o era la razón quien dicto su corazón? ¿Cómo pagarle quienes nos consideramos en deuda?
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