miércoles, febrero 25

El cine que cuenta cuentos


(En defensa de los buenos guiones)

“Es más importante atrapar al lector que atrapar al asesino” -Sergio Ramírez.


El cine, sin perder su capacidad para la poesía, al igual que muchas artes y oficios se estructura a partir de contar historias; es decir, de dar cuenta de un acontecimiento, dar cuenta de un hecho real, reconstruido, “corregido y aumentado”, soñado o simplemente inventado.

Y hacer eso, aunque no parezca, no es tan sencillo como escupir y colar, porque para hacerlo hay ciertos requisitos que siempre es mejor tenerlos, ya sea como aliados o por lo menos, simplemente tenerlos en cuenta. Porque dar cuenta de los sucesos es una disciplina que no puede dejar de lado al azar.

Para que todos entiendan la historia tal cual nosotros la queremos contar, porque no hay nada más triste que cada uno de los espectadores tenga una versión diferente o distorsionada de lo narrado, sin el consentimiento del autor; nada más penoso que el respetable pierda el interés por falta de información o por tenerla en demasía.

Para que todos compartan el mismo tono en que nosotros decidimos sea contada la historia que tenemos entre las manos, porque si la gente se ríe cuando nosotros suponíamos tendrían miedo, o siente piedad cuando nosotros deseábamos despertar la risa o por lo menos sonrisas, es mejor que depongamos nuestros oficios a alguien que tiene más empeño y tino para entonar con los espectadores.

Para que todos puedan sentir, según la voz de su propio corazón cual es el corazón de la historia que estamos contando, porque no vale la pena el esfuerzo de narrar algo, cuando el espectador siente que acaban de contarles una historia que no tiene nada más allá de la cáscara.

Para que todos perciban que el ordenamiento de los acontecimientos de la historia responden a una única manera de poder armarlos y no a otra y que la información que se requiere en ella sólo se podía presentar en la manera que acaban de presentársela, porque el respetable no perdona cuando sienten que las cosas tenían una mejor manera de ser presentadas y menos aún, cuando saben las cosas antes de lo que el autor lo tenía previsto.

Para que todos perciban que lo que estamos contando es algo lo suficientemente cercano como para que valgan la pena en detenerse a verlo y lo suficiente novedosos para que lo vean todo, porque nada más detestable cuando el autor descubre ante los ojos del espectador el agua tibia, o cuando se apropia el invento de la pólvora, o que la gente encuentre que lo que tiene ante los ojos le es completamente ajeno.

Para que todos sientan que lo narrado se potencia porque está siendo narrado en el medio que elegimos para hacerlos, en este caso el cine, porque la gente no vuelve cuando le cuentas algo que mejor sería contado en boca de una novela, o de un cuadro, de una sinfonía, o en cualquier otra boca.

Para que las cosas que se cuentan sean compactas, coherentes y verosímiles ante los ojos del espectador, porque no vale hacerse odiar por no saber mostrar ni los pies ni la cabeza a nuestras historias.

Para que la pasión que despertó en nosotros la historia pueda ser transmitida a través de la historia a todos, porque desventurados quienes dejan que sus pasiones se pierdan en medio de los acontecimientos de sus historias.

Para que los esfuerzos y artificios que realizamos para contar la historia sean recibidos por todos en su justa y necesaria medida o pasen desapercibidos, porque es vergonzante cuando el público descubre los sobre esfuerzos del narrador, la sobre actuación de los actores, la sobre escritura del guionista.

Para que los personajes que protagonizan las historias, sean aceptados por todos como piezas fundamentales de la historia, como seres cercanos a quienes querer u odiar, con todas las proyecciones que les pretende influir el narrador, porque las historias mueren cuando los personajes no calan en el espectador.

Para que los diálogos que hablan los personajes sean recibidos por boca de los personajes y que sirvan para que la historia siga y se profundice, porque enmudecen el resto de las palabras y se hacen detestables cuando pone en boca de los personajes las cosas.

Para que al hacerlo parezca tan natural como lo es caminar para el caminante o nadar para el pez y volar para el picaflor, porque nada más vano que el artefacto devenga en artificial.

Además hay que tener en cuenta que en nuestra sociedad, por otros problemas que ahora no vienen a cuento, no se da el verdadero espacio para que las artes y oficios que se estructuran a partir de contar historias se puedan desarrollar, y que si bien no mueren se hallan muy debilitadas y es la hora de la impostura y como consecuencia se pierde el respeto a esos requisitos que hablaba, a las técnicas, a la tradición, y es por eso que es difícil la tarea de ambicionar cuentos mas allá de la supervivencia. Por eso que también ahora, cualquier cosa se cree que viene a cuento.

2 comentarios:

  1. personalmente a mi me gustan las historias, como ejercicio narratologico claro, pero no considero que el cine sea exclusivmente un soporte para contar historias, el cine, como arte autonoma, se distancia y distancio de la narratologia.
    si quieres buenas historias para eso esta la palabra escrita no la imagen en movimiento.
    considero que ahi esta una debilidad manifiesta del cine producido en Bolivia, extendido a america latina, con excepción en el nuevo cine argentino, su afan obsesivo en la historia (ademas, como dicen, en una BUENA historia).
    ya llegara el tiempo en que la sensibilidad conceda espacio a la contemplación y la mirada, y rechace la instrumentalización narratologica, reconociendo la independencia de la imagen-tiempo imagen-movimiento desde y en sus virtudes ¡el Movimiento¡, la mirada y ¡¡¡¡¡¡¡el tiempo¡¡¡¡¡¡¡ no el ¡¡¡¡¡¡cuento¡¡¡¡

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  2. Gracias por el comentario, creo que el cine puede explorar muchas cosas, pero el formato que mas usamos en este tiempo es como un medio de contar historias y ahí se puede colar la poesía, o como dijera Buñuel, si se le permitiría "puede ser el lenguaje de los sueños", puede ser experimento plástico, sonoro... Puede ser muchas cosas y no pretendo negarlo, pero hablo de hacer películas que cuentan historias...

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