martes, marzo 3

Sobre Samuel Beckett


Sólo preguntas.
Preguntas realizadas a Samuel Beckett en uno de sus homenajes:

¿Cómo saber del misterio de ciertos hombres que consiguen caminar diferentes caminos, otros caminos que la gente de su época? ¿Cómo saber si lo hacía adrede y en plena conciencia o simplemente fueron los caminos que le tocaron caminar?
¿Cómo hablar de un hombre que da un paso más allá, de su tiempo y más acá del tiempo que nos tocará?
¿Cómo escribir del calor que me transmite un hombre cuyos textos son más fríos que los puñales que guardo en mi refrigerador?
¿Cómo describir ese extraño rigor de manejar el ritmo en sus escritos?
¿Cómo explicar la presencia de su ritmo? ¿Es el ritmo el mismo después sus escritos?
¿Cómo diablos hizo para resolver la difícil ecuación de no perder la gravedad y sin embargo invitarnos a reirnos de todas las cosas, Incluidas las gravedades?
¿O es que así será el humor irlandés? ¿O así será el humor que desarrollo en sus épocas de secretario de su jefe James Joyce?
¿Por qué se le ocurrió cantar la esperanza desde el mayor de los pesimismos?
¿Creía en Dios? ¿Cómo leyó Samuel la Biblia? ¿Cómo era su Biblia? ¿La tenía marcada con papeles blancos cuidadosamente recortados, o sólo subrayaba con tinta?
¿Son contundentes, y nos han golpeado con feroces golpes, las razones de su arrepentimiento, pero cuáles habrán sido las certezas de sus orgullos?
¿Cómo explicar la sensación de orden, que nos deja, un sabor a orden, a ordenamiento mayor, más grande que los insípidos argumentos que discutimos desde Aristóteles? ¿Cómo compartir el sentido que se muestra en sus trabajos, ileso al tiempo, en esa materia de aparente sin sentido? ¿Qué decirles a quienes hablan de su absurdo? ¿Con qué armas demolerlos? ¿O sólo es suficiente invitarlos a mirar las cosas detrás de la ventana?
¿El personaje o el hombre, en su obra, son sólo un objeto, parte de una cosa más grande llena de partes que se ordenan para dejarnos ver la humanidad del personaje, el sentido al que está condenado el hombre?
¿Cómo es posible que antes de su presencia las cosas, los objetos, las palabras, los personajes, no se pudieran ordenar a su manera?
¿Será su obra la constatación de las antiguas palabras de mi viejo profesor de que las matemáticas están en todas las cosas y en cada uno de los emprendimientos?
¿O habrá sido mi viejo profesor de matemáticas asiduo y secreto lector de Samuel Beckett?
¿Por qué y de cómo en él las palabras estaban justas, en su valor justo, en su lugar preciso?
¿Puede encontrarse acaso más amor a las palabras que él puso en sus silencios?
¿Cómo cuernos ordenaba sus prendas cotidianas?
¿Qué pensamiento se le cruzaban por la cabeza a la noticia del nacimiento de un pariente cercano?
¿Era su corazón quien le imponía su lógica a su cabeza, o era la razón quien dicto su corazón? ¿Cómo pagarle quienes nos consideramos en deuda?

2 comentarios:

  1. Samuel Becket, para mi un grande, que llena de preguntas, y aveces nos exige buscar la respuesta de una pregunta que aun no nos hicimos.......

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